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En la vida podes ser el mejor del mundo, un genio, un gran artista, un heroe, millones de cosas, pero sin amor, siempre vas a ser el 2do.

sábado, 9 de octubre de 2010

Salir para renovar la necesidad de estar solo

Cuando era chica había cosas que nunca pude entender y esperando crecer y hacer ese cambio mágico del que todos hablan donde supuestamente todas esas actitudes que ves estúpidas y sin sentido se vuelven coherentes me di cuenta que las dudas en vez de irse se acumulaban.

El tema es cuando te das cuenta que tu cabeza mucho no varía con el tiempo y que esas dudas se renuevan con cada minuto que pasa.

No me acuerdo que día estaba caminando por alguna calle que no recuerdo muy bien. Era uno de esos días donde caminas solo por inercia por ese maldito cansancio acumulado. Clima cálido pero a la vez frío. Raro, sí, pero agradable.

Dejé de tener el control de los pasos que daba, del lugar, del tiempo... Mi cabeza se fue completamente del mundo. Me di cuenta ya llegando a mi casa.

Un viaje confuso pero sumamente claro. Entre varias cosas que se me cruzaron por la cabeza pensé: ¿Por qué no había nadie en esa calle? Pregunta en la que no nos detenemos. Horarios donde el mundo queda paralizado. Realmente no tiene sentido. Millones de personas viviendo en el mundo, respirando coordinadamente, caminando, hablando, riendo, comiendo, durmiento, besando, amando, llorando. Pero nadie en una simple calle. ¿Cómo es posible?

Sólo... vos sólo... en un mundo saturado, vos pudiendo pararte en medio de la calle o acostarte porque nadie te esta mirando... Nadie observando nada... ¿Entonces por qué estoy caminando con mi rumbo fijo? Podría estar saltando por esta calle desierta. Siendo quienquiera que sea porque no hay una sola persona que pueda reparar en lo que yo esté haciendo en ese momento.
Mujeres, hombres, nenes en casas, haciendo vidas paralelas, perpendiculares o diagonales, por decirlo de alguna forma.

Rara... muy rara la soledad absoluta. A veces nos acostumbramos tanto a nuestra rutina que algo tan simple como caminar lo transformamos en una acción similar a lo computalizado. Tan mecanizados que ni se nos ocurre una razón por la cual estamos caminando en ese sentido. Sabemos que vamos a nuestra casa, a la facultad, trabajo, pero por qué estamos yendo? No me refiero solamente a la falta de ganas que puede haber algún que otro día, sino a esta monotonía que se apropia de nosotros, viviendo el día a día como si fuera un Mario Bros, con la única diferencia que si perdemos no podemos retroceder al mismo lugar de partida porque ya no va a ser el mismo.

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